¿Quieres vender? Primero, Lo Importante

Si algo nos ha enseñado la vida es que el caos es el asesino silencioso de cualquier negocio. Y en ventas, ese caos toma la forma de vendedores que pierden el tiempo en lo irrelevante, mientras dejan pasar lo que realmente hace que el dinero fluya.

Sí, querido lector, vender no es para el que más habla, el que más “presiona” o el que recita mejor el guion aprendido en un curso barato de “cómo convencer con PNL”.

No. Vender es entender una regla simple pero demoledora: haz que lo más importante sea lo más importante.

¿Qué significa esto?

Si estás en ventas, lo más importante es vender. No mandar emails eternos sin sentido. No hacer presentaciones kilométricas donde el cliente se duerme antes de que saques tu oferta. No obsesionarte con el branding mientras tu caja registradora suena como un desierto en plena siesta.

Significa que cada acción que tomes debe responder a una pregunta clave: ¿Esto me acerca o me aleja de cerrar una venta?

Los tres enemigos del vendedor que no entiende esto

1. El vendedor “escritor de cartas”: Ama redactar emails de 500 palabras para explicar algo que podía resolverse en dos frases y una llamada.
2. El vendedor “ingeniero”: Cree que el cliente necesita saber hasta la última característica técnica del producto, cuando en realidad lo único que quiere es resolver su problema.
3. El vendedor “buddy”: Habla más de su vida personal que de cómo su producto puede mejorar la vida del cliente. Buen tío, pero con el bolsillo vacío.

Cómo centrarte en lo importante en ventas

• Haz preguntas que duelan. Un cliente sin dolor no compra. Así que tu misión es encontrar la herida y hurgar en ella (con cariño, claro).
• Cierra rápido. Si el cliente no decide en las primeras reuniones, probablemente nunca lo hará.
• No vendas, ayuda. La gente compra para solucionar problemas, no para hacerte rico. Si te ven como un solucionador de problemas, te abrirán la billetera sin miedo.
• No te autoengañes. Si pasas más tiempo “preparando estrategias” que vendiendo, no estás en ventas, estás jugando al simulador de negocios.

Las ventas no son un misterio insondable ni una habilidad mágica.

Son el resultado de una disciplina brutal para enfocarte en lo que de verdad importa: entender al cliente, mostrarle cómo tu solución es lo que necesita y cerrar sin miedo.

Y recuerda: el dinero no llega por tener la agenda llena, sino por tenerla llena de lo correcto.